Detectan segundo caso de ómicron en el condado de San Diego, un día después del primero

Las autoridades del condado de San Diego anunciaron el viernes que detectaron un segundo caso de la variante ómicron del coronavirus en la región.

Se trata de un hombre de unos 30 años que no ha viajado recientemente, y las autoridades locales creen que se infectó localmente. Estaba totalmente vacunado y recibió una dosis de refuerzo hace al menos dos semanas, según un comunicado de prensa del condado. Sus síntomas, que fueron leves, ya desaparecieron, y actualmente está aislado en casa.

La noticia llega solo un día después de que el jueves se notificara el primer caso. Y el hecho de que este caso parezca ser el resultado de una transmisión local sugiere que hay otras infecciones que no se han detectado.

“La variante ómicron se está extendiendo en la comunidad. Aunque la variante delta sigue siendo la principal cepa que circula en San Diego, esperamos ver más casos de ómicron”, dijo la doctora Wilma Wooten, responsable de salud pública del condado, en un comunicado. “Los sandieguinos deben seguir tomando las precauciones recomendadas, especialmente recibiendo todas las dosis de la vacuna COVID-19 recomendadas”.

El caso fue detectado por la Alianza de Epidemiología e Investigación para la Salud COVID de San Diego, un esfuerzo conjunto de los institutos de investigación locales para rastrear el alcance y la propagación del coronavirus.

¿Su primera pista? Un extraño resultado de la prueba COVID-19 del laboratorio de la UC San Diego el miércoles.

Los científicos encontraron una muestra que daba positivo para el coronavirus, pero que no parecía tener el gen que codifica la proteína de la espiga, la parte del virus que le permite adherirse a las células y deslizarse dentro de ellas.

Este hallazgo, conocido como abandono del gen S, se produce cuando una muestra viral tiene una mutación en el gen spike que hace que las pruebas moleculares no detecten el gen por completo. La variante alpha, antes conocida como la cepa del Reino Unido, tiene esa mutación. También lo tiene ómicron, aunque The Guardian informó esta semana de que una versión furtiva de la cepa carece de la mutación necesaria para producir el resultado anómalo de la prueba.

Un equipo dirigido por el inmunólogo de Scripps Research, Kristian Andersen, confirmó que la muestra era ómicron mediante la secuenciación del virus. La UCSD corroboró entonces el hallazgo con su propia secuenciación. A última hora de la tarde del jueves, los expertos estaban seguros de que la muestra contenía la nueva variante.

En un correo electrónico enviado a The San Diego Union-Tribune la semana pasada, Andersen había dicho que esperaba que el primer caso local se notificara esta semana. También se detectaron casos de ómicron en otras partes del estado, como San Francisco y Los Ángeles, y muestras de aguas residuales sugieren la variante ha estado en California durante semanas.

La noticia hace más urgente la carrera de los científicos por entender las cuestiones clave que rodean a la cepa. ¿Cómo es de transmisible? Si se infecta, ¿es más probable que se enferme gravemente? ¿Y hasta qué punto protegen las vacunas?

Las primeras respuestas provienen de Sudáfrica, uno de los primeros países en detectar la variante. Las nuevas infecciones están aumentando rápidamente, y hay pruebas de que el virus está reinfectando a los que se han recuperado de la COVID-19.

Pero el aumento de los casos aún no ha dado lugar a una avalancha de hospitalizaciones. Y los primeros informes de los hospitales sudafricanos sugieren que muchos de los infectados por ómicron han tenido síntomas más leves que los observados por los funcionarios de salud pública con las cepas delta y anteriores.

Esto podría ser alentador. Pero el doctor Davey Smith, jefe de investigación de enfermedades infecciosas de la UC San Diego, no está tan seguro.

“Es una noticia más o menos buena”, dijo. “Es un poco inestable, epidemiológicamente hablando”.

Smith señala que muchos de los contagios en Sudáfrica se han producido entre personas jóvenes, un grupo con bajo riesgo de contraer la COVID-19 grave. Todavía no está claro cómo ómicron afecta a las personas mayores y a las que padecen graves problemas de salud subyacentes.

Los investigadores también se apresuran a entender qué tan bien se comportan las vacunas contra la variante. Esta semana, Pfizer anunció que tres inyecciones de su vacuna eran tan eficaces contra ómicron como dos dosis contra las variantes anteriores. Los resultados se basan en experimentos de laboratorio en los que se miden los anticuerpos, unas proteínas en forma de Y que pueden adherirse a un virus y bloquear la infección si se agarran con la suficiente fuerza al lugar adecuado.

El primer caso del condado de San Diego fue una persona totalmente vacunada y que había recibido su refuerzo. Pero las vacunas nunca son 100 por ciento efectivas contra todas las infecciones, y el residente no está en el hospital con COVID-19. El condado tampoco ha compartido ningún detalle sobre la edad y el historial médico de la persona, factores que pueden afectar a la probabilidad de que se produzca una infección.

Hay otros actores clave en la respuesta a la vacuna, como las células T, que eliminan las células infectadas antes de que expulsen más virus. Alex Sette, investigador del La Jolla Institute for Immunology, forma parte de un equipo que está estudiando la respuesta de las células T de personas vacunadas al ómicron. Para ello, Sette y sus colegas están tomando células T de muestras de sangre y exponiéndolas a células recubiertas de pequeños trozos del virus.

Los investigadores han utilizado este método en el pasado para demostrar que la protección de las células T se ha mantenido en todas las variantes. Esto hace que estas células sean un importante baluarte en personas con bajos niveles de anticuerpos, lo que probablemente sea parte de la razón por la que las infecciones por coronavirus tienden a ser leves.

Y Erica Ollmann Saphire, presidenta de La Jolla Institute for Immunology, dirige un esfuerzo para probar cientos de tratamientos de anticuerpos diferentes para ver que tan bien funcionan contra ómicron. Esto es especialmente importante, ya que reportes iniciales que un tratamiento con anticuerpos de la biotecnológica neoyorquina Regeneron no funciona bien contra la variante.

A diferencia de las vacunas, que desencadenan una serie de respuestas de anticuerpos y células T, estos tratamientos infunden a los pacientes una gran dosis de uno o dos anticuerpos. Pero estas terapias siguen siendo útiles para evitar que los recién infectados acaben en el hospital.