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Cómo los consejeros y el personal escolar pueden colaborar con el bienestar mental de los estudiantes

La salud mental se está convirtiendo en una prioridad en las escuelas
La salud mental se está convirtiendo en una prioridad en las escuelas a medida que la pandemia continúa afectando el bienestar de los estudiantes y el personal.
(Vladimir Vladimirov / Getty Images)

Cuando el cirujano general de EE.UU, Vivek H. Murthy, emitió un aviso de salud pública este mes sobre la protección del bienestar mental de los jóvenes, llamó la atención sobre los desafíos generalizados que enfrentan los menores de hoy. Pero también enfatizó que estos retos son superables y, a menudo, pueden evitarse.

Una de sus recomendaciones, parte de lo que él llama un esfuerzo de “toda la sociedad” para mitigar los efectos corrosivos de la pandemia en el ánimo, es apoyar la salud mental de los estudiantes en las escuelas.

¿Qué tipo de sistemas de apoyo tienen los estudiantes allí? ¿Cómo pueden confiar los padres en los consejeros escolares para manejar un problema cuando se convierte en algo que requiere ayuda adicional?

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Debra Duardo, superintendente de escuelas del condado de Los Ángeles; Loretta Whitson, directora ejecutiva de la Asociación de California de los consejeros escolares; y el personal del Distrito Escolar Unificado de Santa Ana, explican más al respecto.

¿Cómo funciona el sistema?

Las escuelas tienen una combinación de consejeros, trabajadores sociales, psicólogos y enfermeras que trabajan juntos como un equipo de salud mental en el campus, comentó Duardo.

La prioridad número uno del equipo es asegurarse de que los alumnos puedan aprender. Esto incluye identificar y eliminar (o al menos reducir) cualquier barrera que impida que un niño reciba o absorba su instrucción.

Pero es importante entender que todos los empleados escolares están capacitados para identificar la angustia en los jóvenes, señaló Duardo. “Porque a veces ellos no van a un consejero. Quizá la primera persona con la que hablan es su maestro o el conserje, o alguien más con quien se relacionen en la escuela”.

Si un padre está preocupado, Duardo recomienda hablar primero con el maestro. “Pasan tanto tiempo con los niños en su aula que pueden ver cuando algo anda mal y cuando un alumno se comporta de manera diferente a la habitual”.

El docente sabrá qué recursos están disponibles en la escuela y podrá referir a los padres a la persona apropiada.

Estos son los roles principales en el campus

Los deberes pueden variar -y combinarse- según la escuela y el distrito. Las escuelas medias y preparatorias tienden a tener más apoyo que las primarias, pero esa brecha se está reduciendo.

Consejeros escolares

Hay muchos tipos diferentes de consejeros escolares.

Algunos son guías académicos o universitarios que ayudan a los alumnos a organizar clases y planificar el futuro. También hay de asistencia, que tratan de averiguar por qué algunos niños no asisten a la escuela. Y hay otros que tienen una orientación más clínica. Pueden trabajar en los centros de bienestar del campus y brindar atención a corto plazo a los estudiantes que luchan contra la depresión, la ansiedad u otros problemas de salud mental.

Los orientadores también pueden brindar apoyo a los padres y cuidadores. A veces, un padre necesita consejos sobre cómo lidiar con un niño que se niega a asistir a la escuela. En otras ocasiones, los estudiantes necesitan ayuda para comunicar algo que les da miedo decirle a sus padres, por ejemplo, si una estudiante está embarazada o es VIH positiva. “No se puede ayudar a un niño sin dirigirse a sus padres”, remarcó Duardo.

Psicólogos escolares

Aunque uno podría asumir que los psicólogos son quienes brindan terapia en las escuelas -y pueden serlo- los psicólogos escolares suelen ser los que trabajan con estudiantes con necesidades especiales. Ayudan a los maestros de educación especial a desarrollar planes de educación individualizados y monitorear el progreso.

Trabajadores sociales escolares

El papel de los trabajadores sociales escolares también puede variar. Están capacitados en asesoramiento e intervención en crisis. Además, podrían trabajar en la situación de vivienda de un niño, asistiendo a menores con discapacidades o desarrollando programas informados sobre el trauma.

Enfermeras escolares

Aunque las enfermeras se ocupan de las dolencias físicas, estos síntomas a menudo pueden estar relacionados con la salud mental. Si los niños se enferman porque no duermen o comen lo suficiente, esto podría ser una señal de otro problema.

El objetivo es que todos estos proveedores colaboren y comprendan la imagen más completa de las dificultades de un niño. Luego pueden derivar el caso a la persona adecuada en cada etapa de la necesidad del estudiante.

Según Sonia Llamas, superintendente asistente del Distrito Escolar Unificado de Santa Ana, ese proceso comienza con la identificación temprana del problema y continúa con la intervención y coordinación de la atención y los servicios. Si un estudiante necesita ser hospitalizado, la escuela debe brindar apoyo para ayudarlo en la transición de regreso al campus.

¿Cuáles son las limitaciones de los sistemas de salud mental basados en las escuelas?

Los consejeros escolares tienen un número de casos extremadamente elevado. Aunque la Asociación Estadounidense de Consejeros Escolares recomienda una proporción de 250 estudiantes por consejero, el promedio nacional para el año escolar 2019-2020 fue de 424 estudiantes por cada mentor. California tenía una proporción de 601 a 1.

Cuando los consejeros escolares tienen un número tan alto de casos, se ven obligados a tratar de identificar los problemas de los alumnos muy rápidamente para que puedan determinar qué casos deben priorizar, destacó Duardo.

Muchas escuelas utilizan el marco denominado ‘Sistema de apoyos de varios niveles’. Hay tres niveles que corresponden a las diferentes necesidades de los estudiantes. La mayoría de los niños están en el Nivel 1, que se centra en la prevención. El nivel 2 es para jóvenes que requieren intervención temprana, que puede presentarse en forma de sesiones grupales, y el 3 es para aquellos que necesitan atención individualizada.

En la mayoría de los casos, las escuelas brindan asesoramiento a corto plazo y, si los alumnos necesitan apoyo adicional, los canalizan a una agencia o trabajan con los padres para ver qué tipo de terapia u otra asistencia está cubierta por su seguro. Care Solace, por ejemplo, trabaja con 300 distritos escolares para ayudar a conectar a las familias con especialistas de salud mental.

¿Cuáles son algunos de los objetivos en el futuro?

Las escuelas han estado trabajando durante años para ofrecer más asistencia a los estudiantes y cuidadores que buscan ayuda. Pero también están tratando de hacer más para evitar problemas, integrando lecciones de aprendizaje social y emocional en el aula. Esto incluye enseñarles a los niños habilidades fundamentales sobre cómo hacer amigos, animarlos a hablar sobre sus sentimientos y mostrarles la importancia de ser resilientes.

Refiriéndose a las numerosas interrupciones de la pandemia, Whitson comentó: “Los niños se han enfrentado a una curva muy difícil aquí. En lo que estamos trabajando es en ayudarlos a comprender que esto no es permanente, y en asistirlos para afrontarlo”.

Una de las razones por las que las escuelas abogan por más consejeros es porque facilita la proactividad al abordar crisis de salud mental de los jóvenes.

Solo este año, el Distrito Escolar Unificado de Santa Ana alcanzó exitosamente la proporción recomendada a nivel nacional de 250 estudiantes por consejero. Esto ha hecho una gran diferencia en que los consejeros puedan generar confianza con los jóvenes, destacó Rebecca Pianta, coordinadora del distrito de preparación universitaria y profesional.

Hay más tiempo para la conexión uno a uno, y los consejeros pueden establecer relaciones con ellos, con actividades divertidas o encuestas para saber qué temas les interesan, antes de que necesiten ayuda.

Esto es especialmente importante en comunidades donde existe un estigma asociado con pedir ayuda, remarcó Katy Castellanos, directora de preparación universitaria y profesional, cuyo distrito atiende a una población mayoritariamente latina. “Porque la mentalidad es que si tienes un problema en casa, no hablas del tema, no lo discutes con nadie”, dijo. “Y si vas con un consejero escolar y un trabajador social, estás ‘loco’. Así que estamos tratando de desmitificar eso”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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