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El Inland Empire se enfrenta a altas tasas de hospitalización por COVID ante la llegada de la ola de Ómicron

Shigeko Akita recibe la vacuna Moderna COVID-19 en Fontana
Shigeko Akita recibe una dosis de la vacuna Moderna COVID-19 durante una clínica de vacunación en Fontana a principios de este año. Las autoridades están preocupadas por el hecho de que las bajas tasas de vacunación en el Inland Empire puedan provocar un aumento de las hospitalizaciones este invierno.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)

Las condiciones de hacinamiento en algunos hospitales del Inland Empire están generando preocupación mientras los funcionarios se preparan para la propagación de la variante altamente infecciosa Ómicron.

Aunque los hospitales se encuentran en mejor forma ahora que durante la oleada de COVID-19 del invierno pasado, los condados de Riverside y San Bernardino están viendo una mayor tasa de hospitalizaciones por COVID-19 que otras áreas del sur de California.

Algunos hospitales más pequeños han solicitado tiendas de campaña e instalaciones médicas portátiles para ayudar a enfrentar la demanda. Y los tiempos de espera para que las ambulancias lleven a los pacientes a los nosocomios han alcanzado niveles récord en algunas localidades, un problema que ha persistido desde el verano.

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Las autoridades están instando a la gente a evitar las salas de emergencia a menos que haya un problema grave, y a confiar en los centros de atención urgente para problemas como los esguinces de tobillo.

Los hospitales más grandes, sin embargo, parecen menos abarrotados y algunos funcionarios expresan su optimismo de que la ola de este invierno no será tan mala como la del año pasado, gracias a las vacunas COVID-19 disponibles y a que la gente se está vacunando poco a poco.

Desde el 15 de octubre, el número de hospitalizaciones por COVID-19 en el condado de San Bernardino ha aumentado un 74%, pasando de 236 a 411.

En el condado de Riverside, desde el 1 de diciembre, el número de hospitalizaciones por COVID-19 aumentó un 34%, de 239 a 320.

Cuando California se reabrió por completo a principios del verano, las hospitalizaciones fueron escasas en todo el sur de California. Sin embargo, cuando comenzó la ola del Delta, el Inland Empire salió mucho peor parado que sus vecinos de la costa, como los condados de Los Ángeles y Orange, y nunca se recuperó.

Ahora, los condados de Riverside y San Bernardino tienen las tasas de hospitalización más altas de las zonas mayor pobladas del sur de California.

El aumento está probablemente relacionado con las bajas tasas de vacunación, dicen los funcionarios. “La mayor tasa de indecisión y resistencia a las vacunas en el condado de San Bernardino es definitivamente un factor”, manifestó en un comunicado el Dr. Michael Sequeira, funcionario de salud del condado de San Bernardino.

En el condado de San Bernardino, se están registrando más hospitalizaciones entre los más jóvenes, una tendencia que se refleja en el Valle Central, que también sufre de bajas tasas de vacunación.

“Los ingresos en los hospitales que atienden a poblaciones más jóvenes han aumentado más que en los demás hospitales”, dijo Sequeira.

El Dr. Troy Pennington, médico del servicio de urgencias del Centro Médico Regional Arrowhead, señaló que el aumento se debe a que “la gente baja la guardia” con las reuniones navideñas y los viajes. El hospital público de Colton, gestionado por el condado de San Bernardino, tiene una media de 15 a 20 pacientes con COVID-19, la mayoría de los cuales no están vacunados.

Pennington dijo que está preocupado por el aumento de los casos de Ómicron, que se espera que continúe; los primeros casos confirmados de la nueva variante fueron reportados en el Inland Empire la semana pasada - un hombre que vive en Redlands y viajó a una conferencia fuera del estado, así como un hombre de 41 años que vive en el oeste del condado de Riverside.

Conditions could lead to ‘a perfect storm for overwhelming our hospital system that is already strained,’ a health official says.

Incluso si las infecciones de Ómicron resultan en enfermedades de coronavirus más leves, “es mucho más fácilmente transmisible”, dijo Pennington de la variante, y “algunas de esas personas, padecerán una enfermedad más significativa”.

En el condado de San Bernardino, solo el 59% de los residentes de todas las edades han recibido al menos una dosis de la vacuna, mientras que en el condado de Riverside, esa cifra es del 63%. En comparación, los condados de Los Ángeles y Orange registran una tasa de vacunación del 75% entre todos los residentes, y el condado de Ventura tiene un 74%. La tasa estatal también es del 74%.

Estas tasas probablemente explican las cifras de hospitalización del Inland Empire, dicen los expertos. Por cada 100.000 residentes, el condado de San Bernardino tiene 19 personas hospitalizadas con COVID-19; el condado de Riverside tiene 13.

En comparación, la tasa del condado de Orange es de 6, la del condado de Los Ángeles es de 7 y la del condado de Ventura es de 9, que es también la tasa estatal. Algunos funcionarios de salud dicen que una tasa de 5 o más es motivo de preocupación.

Prepare for big spikes in COVID-19 hospitalizations and deaths in areas with low vaccination rates, experts say.

En el condado de San Bernardino, una serie de desafíos están contribuyendo a las mayores tasas de hospitalización por COVID-19, dijo Sequeira.

Además de una menor vacunación, el condado de San Bernardino tiene mayores tasas de diabetes, enfermedades cardíacas y obesidad. Asimismo, muchos residentes viven en hogares atestados y deben acudir a un lugar de trabajo para sus labores, lo que los expone a un mayor riesgo y a la posibilidad de sufrir complicaciones graves.

El condado de San Bernardino también tiene un número relativamente alto de personas que viven en residencias de ancianos. Los adultos mayores que viven en estos centros tienen más probabilidades de ser hospitalizados si contraen el COVID-19.

A pesar de los desafíos, Bruce Barton, director de gestión de emergencias del condado de Riverside, dijo que es optimista de que las cosas no serán tan malas como la oleada del invierno pasado, cuando las vacunas no estaban disponibles para la mayoría de la gente. Mientras que el condado de Riverside tenía 320 pacientes de COVID-19 en sus hospitales el lunes, había casi cuatro veces más - 1.239 - en esta época, el año pasado. En el condado de San Bernardino, las hospitalizaciones ascendieron a 411 el lunes, mientras que hace un año eran 1.545.

Aun así, los hospitales de Kaiser Permanente en Fontana y Ontario han visto un aumento de los pacientes con COVID-19, con entre 60 y 70 hospitalizados en las últimas semanas. Y entre el 80% y el 85% de los que se encuentran internados no están vacunados, según los datos.

El Dr. Timothy D. Jenkins, director médico de la zona y jefe de personal de Kaiser Permanente del condado de San Bernardino, dijo que los miembros del personal no han tenido un descanso del COVID-19 en casi dos años, y que ha sido un reto mantener la moral y renunciar a tradiciones como las fiestas. Están trabajando para asegurarse de que los empleados tengan tiempo libre durante las vacaciones para descansar y ver a sus seres queridos, aseguró.

Pero, según Jenkins, será importante mantener los esfuerzos para combatir el virus en el nuevo año. Eso incluye animar a los miembros de la comunidad a que sigan usando mascarillas y vacunándose y reforzándose a medida que la variante Ómicron circule y aumente el cansancio por la pandemia.

“Nada me gustaría más que el COVID hubiera quedado atrás. Desgraciadamente, sigue con nosotros, y seguirá hasta 2022, y quizá más allá”, dijo Jenkins. “Sé que hay preguntas sobre todo esto y que la gente está dispuesta a dejarlo atrás, pero aún no hemos llegado a ese punto”.

El Dr. Anil Jagtiani, jefe de enfermedades infecciosas de Kaiser Permanente San Bernardino County, dijo que las infecciones graves por COVID-19 se han evitado gracias a las altas tasas de vacunación, así como a los tratamientos con anticuerpos monoclonales, un régimen para contrarrestar el coronavirus antes de que pueda empezar a destruir los órganos del cuerpo.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE.UU está examinando actualmente otros medicamentos orales que pueden ser útiles, como el Molnupiravir y el Paxlovid, que pueden reducir el riesgo de progresión del COVID-19 en pacientes con síntomas leves o moderados.

Jagtiani dijo que no está claro cuál será más beneficioso, pero “muchos de nosotros estamos entusiasmados con la posibilidad de poder tratar a los pacientes en el ámbito ambulatorio antes de que necesiten hospitalización”.

“[Los tratamientos con anticuerpos monoclonales] no son ciertamente la respuesta, pero nos han ayudado a reducir el número de casos que hemos visto progresar en gravedad y que terminan en el hospital”, expuso Jagtiani. “En última instancia, parece que la lucha va a consistir realmente en evitar la progresión de la enfermedad, ya que parece que cada vez es más difícil detener por completo la transmisión”.

En el Valle de Coachella, los médicos afirman que una oleada invernal comparable a la de este verano desbordará sus hospitales.

“Esperamos que no sea tan grave como con el Delta, porque de lo contrario, volveremos a estar en la misma situación que el pasado enero, o potencialmente peor, con todos los hospitales desbordados”, dijo el Dr. Adrian Cotton, jefe de operaciones médicas de la Loma Linda University Health. Pero, añadió, “creo que nuestro riesgo de estar tan mal como en diciembre o enero del año pasado es relativamente bajo con el número de pacientes que han recibido una vacuna o han tenido COVID”.

Cotton dijo que es importante que la gente evite utilizar las salas de emergencia en la medida de lo posible, ya que las visitas ponen a los pacientes en riesgo de exposición.

“Si usted cree que va a morir en las próximas 24 horas, probablemente tenga que ir a urgencias. Para casi cualquier otra cosa, podría ser atendido en otro lugar”, indicó Cotton.

“Mucha gente utiliza las salas de emergencia para cosas que no necesitan ser consideradas ahí: una infección leve del tracto urinario o un esguince de tobillo o algo por el estilo. De nuevo, hay lugares más apropiados para ser examinados que las salas de urgencias”.

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